A 9 años del 11 de Septiembre, Kurt Sonnenfeld, camarógrafo estadounidense encargado de cubrir el atentado a las Torres Gemelas, denuncia sufrir constante persecución política por parte del gobierno de los Estados Unidos.

Kurt Sonnenfeld fue el único documentalista designado directamente por la Casa Blanca para registrar lo acontecido en las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001. Él trabajaba para el FEMA (organismo estadounidense encargado de actuar en caso de catástrofes) y tenía que entregar las imágenes filmadas al FBI para su investigación.

Sonnenfeld cumplía dos funciones básicas en el WTC: grabar imágenes de una “gigantesca escena del crimen” y luego dárselas al gobierno de los EE. UU. Filmó todo lo ocurrido con acceso libre e irrestricto durante cinco semanas. Tenía que grabar las tareas de rescate, limpieza y las partes de los aviones que se recuperaban. Pero según órdenes del gobierno de George W. Bush “no había que mostrar cadáveres y estaba prohibido difundir imágenes de rescatistas llorando”. Es que Estados Unidos tenía que demostrarle al mundo que era una potencia y que el ataque los fortalecía aún más, sostiene Kurt.

En “El Perseguido”, nombre que le dio origen a su libro de editorial Planeta, cuenta que al principio vivió la falsa ilusión al igual que el resto de los norteamericanos, de que el ataque sorpresa estuvo a cargo de terroristas que secuestraron varios aviones. Luego, esta mentalidad cambió. Fue sospechoso del suicidio de su mujer, Nancy y estuvo preso más de seis meses. Mientras que nadie le demostró su apoyo, sus dudas y las contradicciones acerca de lo ocurrido crecían día a día.

Uno de los sucesos extraños fue la caída del Edificio Seis, ubicado dentro de la zona del derrumbe. Allí funcionaba la Casa de la Aduana de los Estados Unidos y había varias agencias del Gobierno Federal. “Su misión principal era controlar quién y qué entra y sale de los Estados Unidos, pero también se trabajaba para combatir el narcotráfico, el lavado de dinero, el tráfico de armas, el terrorismo y el crimen organizado” explica Kurt. Cuando la Torre Norte cayó, el Edificio Seis fue aplastado por las miles de toneladas de concreto y acero que cayeron. Descubrieron que la antecámara de seguridad a la bóveda estaba dañada y llena de pedazos de concreto. Al fondo estaba la puerta de metal de la bóveda con su respectivo teclado numérico para ingresar la combinación. “Encontramos la pared resquebrajada y la puerta parcialmente abierta. Asique miramos adentro de la gran bóveda con nuestras linternas y salvo varias hileras de estantes vacíos, no había nada excepto polvo y escombros”.  

Ante estos hallazgos, Sonnenfeld afirma que la bóveda tuvo que ser vaciada antes del ataque, porque el Edificio Seis fue evacuado doce minutos después de que el primer avión se estrellara contra la Torre Norte. Explica que las calles se taparon rápidamente y que se hubiera necesitado más de un camión para retirar todo el contenido, ya que la bóveda tenía 15 metros cuadrados.

Kurt Sonnenfeld cuenta cómo el gobierno de los Estados Unidos lo presionó para obtener el material del atentado y cómo él fue investigando para llegar al fondo de la cuestión. Hasta hoy en día, que busca el asilo político definitivo en nuestro país, asevera que “el gobierno de Bush sabía del ataque a las Torres Gemelas y dejó que sucediera porque necesitaba una excusa para hacer la guerra en Irak. Luego de analizar los hechos estoy en condiciones de decir que hasta colaboraron para que sucediera”.

La situación actual de la familia Sonnenfeld, con el apoyo de Luis D’Elia, es la necesidad de recaudar firmas para lograr la calidad de refugiado de Kurt. El juez Daniel Rafecas rechazó dos veces la extradición de EE.UU y ahora la causa está en la Corte Suprema de Justicia.

 

La libertad de expresión como axioma de la sociedad moderna

 

Jorge Lanata en su programa Después de todo semantizó que “la libertad es poder decir al otro lo que no tiene ganas de oír”. La libertad de expresión es uno de los pilares irrefutables de la democracia y de la sociedad moderna. No se le puede negar este derecho inalienable a ninguna persona. Nadie puede ser privado de él incluso cuando comprometa a las altas esferas del poder político y económico.

Kurt Sonnenfeld trabajó para FEMA, Federal Emergency Management Agency, una agencia de información que toma a su cargo el seguimiento de catástrofes y desastres naturales que ocurren en los Estados Unidos. Sonnenfeld se desempeño como camarógrafo dentro de la agencia cuando aconteció el ataque a las Torres Gemelas. Él estuvo a cargo de la documentación en imágenes del “Ground Zero”, el centro neurálgico del ataque terrorista.

A la “Zona Zero” sólo podían ingresar aquellos que estuvieran autorizados por el gobierno norteamericano. Era una zona reservada a los organismos oficiales para poder realizar la investigación pertinente. Fue en éste lugar donde Sonenfeld grabó material prohibido o que para las autoridades no era pertinente que se viera. El periodista se guardó los tapes y las fotos porque desde el primer momento que entró en los escombros sospechó que había algo raro, sobre todo por el derrumbe de los edificios Seis y Siete.

Sonnenfeld fue acusado del homicidio de su esposa, después de haber comprobado su suicidio. Fue condenado a muerte a pesar de que la Corte de Denver lo declaró inocente. Todas estas vejaciones tuvo que soportar Kurt Sonnenfeld por buscar y defender la libertad y el derecho a la información. Cabría preguntarnos ¿por qué la verdad y la libertad son tan caras?

 

Luciana di Pasquo – Rodrigo Alvarez